El gallito marino

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Gallito marino, charrán mínimo, least tern, Sternula antillarum.

Ave marina de pequeño tamaño, de hecho la menor del género de los charranes, Sternula. Se trata de un ave migratoria que cría en América del Norte y Norte de México para trasladarse luego a América Central y mitad norte de América del Sur.

Este ave anida en las playas arenosas, por lo que se ve muy afectada por la presencia humana en las mismas por encontrarse estas cerca de poblaciones o por su uso turístico. No hacen nidos como tal, sino que ponen sus huevos y los incuban en la arena, formando colonias que pueden ser desde 20 parejas hasta 500. El periodo de incubación es de unos 20 días, y la especie es nidífuga; es decir, las crías abandonan el nido en este caso un par de días tras nacer. Los padres siguen atentos a ellas y las alimentarán, y enseñarán a volar, y a pescar durante unos 25 días más hasta que abandonen el área para ir al mar.

La especie se encuentra clasificada globalmente (UICN) como de preocupación menor, es decir sin ningún grado de amenaza a su conservación. Sin embargo y a modo local, en México, se encuentra clasificada como especie protegida por la NOM-059-SEMARNAT 2010.

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©Ignacio Leal Orozco, all rights reserved

Es una especie muy sensible a la presencia humana, pues su comportamiento de defensa del nido consiste en levantar el vuelo dejando los huevos sin protección con el fin de «atacar» y sobrevolar al animal o persona que haya penetrado en el área ocupada por la colonia, hasta conseguir ahuyentarle. Sus ataques consisten en vuelos continuos muy cerca del intruso vociferando y defecando sobre él. Este comportamiento es grupal o solidario, de modo que el intruso se verá atacado por varios adultos de la zona al tiempo. El problema con las personas es que si estas accedieron a la zona y no reconocen este comportamiento, no saldrán de ella y con el tiempo los huevos sin vigilancia y protección pueden verse afectados por la insolación y/o el ataque de otros depredadores. Por otra parte si las aves se ven amenazadas por largo tiempo o en repetidas ocasiones, pueden abandonar la zona y con ello los huevos que hubiesen puesto ya.

Por eso es importante que los visitantes de estas playas en las que anidan esta y otras especies similares, conozcan estos comportamientos y situaciones y podamos evitar que toda una temporada de anidación local se arruine, con el peligro que esto conlleva para la conservación de la especie.

Nuestro trabajo con esta especie consiste en (trabajando siempre en sintonía con las autoridades locales y con las autorizaciones previas necesarias) la divulgación a la población local durante todo el año, y una vez que comienza la temporada de anidación, el reconocimiento de las zonas que van eligiendo para anidar, la delimitación y marcado de estas zonas para su protección, y el monitoreo de los adultos, nidos, crías, (incluyendo la identificación y anillado de ejemplares) y el seguimiento de todo el proceso hasta que los individuos han crecido lo suficiente y finalmente marchan hasta la siguiente temporada.